En ocasiones las circunstancias que debiste controlar, se vuelven duras, o bien durísimas. Ahí es cuando otros se rinden. Mas yo ¡No! Sé que los fracasos son siempre y en toda circunstancia pasajeros y que el estado natural es el triunfo. Por eso no me preocupo, me ocupo.
Los límites del juego
