Esta última frase parece machista, pero el beso de ella dice mucho más. Un matrimonio solo puede marchar cuando uno hace lo que le dice el otro. Si no te agrada algo de la pareja, se lo dices y se aclara. Lo que no vale es que cada uno de ellos tome decisiones sin contar con el otro. El matrimonio es unión, lo que implica entrega incondicional y ausencia de vacilaciones. Si le dices a tu pareja: ven rápido, la otra no debe resistirse con oraciones como: ¿para qué? o ¿qué pasa?. Debe asistir sin vacilar, en caso contrario, la otra se siente ofendida o bien no querida. Debe dar por sentado que si le dice que asista de manera rápida va a ser por alguna causa justificada. Las discusiones no son constructivas, lo edificante es el diálogo. Las discusiones empiezan cuando uno pretende imponerse al otro.
Hay muchos casos en que los hombres esperan funcionar tal y como si tuvieran solo instinto animal, donde bastaría con tener al frente a una hembra en celo para tener erección y montarla. El instinto lleva a todos y cada uno de los miembros de la especie a portarse de la misma manera, en circunstancias afines, sin poder escapar del plan programado. Todavía no he conocido a ningún caballo, perro o burro con disfunción eréctil, en frente de una hembra en celo. Excitante y satisfactoria para el hombre. De ahí que muchos de ellos, a lo largo de la masturbación emplean lubricantes singulares a fin de que la sensación sea afín a la penetración. La imaginación hace el resto… ¡Dejemos de atemorizarnos con nociones impulsivas, con nuestras reacciones e impresiones sobre la forma como son las cosas! Las cosas y las personas no son lo que queremos que sean sino lo que aparentan ser; son lo que son[55]
Mujer prometida o viuda
No le puedes solicitar peras al olmo. Las mentes pobres tienen creencias limitantes (formas de meditar que impiden que sus vidas mejoren). Se centran en la escasez. No creen que viven en un mundo lleno de ocasiones, tampoco piensan que ayudando a cuantas más personas más próspero eres, no creen que el dinero es una consecuencia de lo que eres, haces, el número de las personas a las que ayudas… Jugar a tener la verdad, a demostrarle al otro que la suya no es una verdad y a lograr que lo reconozca y pida perdón; se transforma en algo semejante a una adicción en las relaciones de pareja. Es el equivalente de la substancia que consume el adepto, de la que precisa una nueva dosis cuando entra en estado de ansiedad pues se ha quedado sin ella. Cada uno de ellos impide al otro retirarse de este juego toda vez que intenta hacerlo. De distintas maneras le fuerza a volver y proseguir en el intercambio de razonamientos y demostraciones. Cuando esto sucede, es tal y como si en el pensamiento de uno, el otro no tuviera derecho de abandonar un juego porque ya están comprometidos en demasiadas cosas.
De qué forma sacudirse la dependencia sensible
Yo no sabía que tenía un inconveniente de erección por el hecho de que no tenía relaciones íntimas, mas empecé a apreciar que ya no amanecía parado como anteriormente y a lo largo del día era rarísimo que tuviese erecciones. La sorpresa fue cuando quise probarme con una puta y, al no lograr la erección, renuncié diciéndole que dejásemos el sexo para una etapa siguiente de la relación. En otras palabras, cuanto más experimentes el miedo, más sensibilizada estarás ante un posible peligro. (De ahí que que una sombra que se mueve puede desconcertarte después de ver una película de terror). La reacción habitual al miedo es la hipervigilancia (vives en estado de alarma, siempre y en toda circunstancia alerta, lo que es agotador). Provoca de manera deliberada recoger muchos rechazos de otras personas. Este es mi favorito, que sea como un juego y te das puntos por cada rechazo. Con lo que lo convierte en un juego deliberado, entonces el rechazo va a dejar de tener un efecto negativo sobre tus emociones. Vas a poder ser rechazado sin que te produzca una gran cantidad de diálogo interno negativo.
Disfruto muchísimo dando placer
Imagina que has escogido una o dos personas con los que crees posible iniciar una inmediata relación. Entonces ahora tienes la posibilidad de invitar a una de estas personas cerca de un balcón, donde contemplar la luna y conversar por horas y horas, solo conversar y nada más. Puedes hablar sobre gustos y afinidades, y finalmente cuando llega el momento de partir, lo haces con la promesa de encontrarse al fin de semana siguiente en un sitio igual de disfrutable. Estos encuentros se alargan por días y semanas hasta el momento en que una noche decides que esa es la persona con quien quisieses compartir el resto de tu vida. Algunas personas cuando resuelven romper, se sienten fatal por su decisión tomada y, de alguna manera, quieren compensarlo adoptando una actitud de Organización no Gubernamental con la dejada. La relación se asienta en una suerte de limbo que engendra muchísima confusión. Por una parte, tienen claro que no quieren seguir en pareja pero por otro, prosiguen incordiando. Se preocupan desmedidamente por sus ex, prosiguen dando consejos sobre su modo de vida y opinan sobre lo que tienen o no tienen que hacer. De súbito, brota una especie de hermano/a mayor con quién no contábamos. Podríamos considerar que se preocupa por el hecho de que la llama del enamoramiento se sostiene íntegra mas, en realidad, clava la estocada final. Se lava las manos como Pilatos asegurando bien de rememorar cada vez que puede que no seréis pareja nunca más. Incluso con la confianza adecuada, verbalizará que mereces alguien mejor o bien que seguro que pronto te enamorarás de otra persona. Es un juego extraño en el que por un lado se descarta claramente pero por otro prosigue abusando de la amedrentad cosechada. Como manifestando: me voy mas guárdame el sitio. Esto es funesto por el hecho de que rapta nuestras ilusiones. No me imagino yo a Al Pacino abandonando un rodaje con el razonamiento de que la película se merece un actor mejor. Y si encima le cuenta al directivo que él se va a encargar de buscar al sustituto, la respuesta del realizador no puede ser otra que: Muchas gracias pero ya me encargo yo de llamar a los actores que intervienen en mi producción, chatín. Una persona que se marcha de un proyecto, puede tener el ademán noble de ofrecer su colaboración. Lo que no tiene ni pies ni cabeza es pretender continuar dirigiendo el cotarro desde fuera, sin implicarse desde dentro. Tu ex puede meditar en búlgaro si quiere pero no dejes que te transmita sus enredos, tu destino lo eliges . Sólo el hecho de que el sonido de sus palabras conecte con tus oídos, le libera de la carga que soporta al paso que a ti te va esclavizando con ellas.
El castigo, en aquella marinería, acostumbraba a ser proporcional al tamaño o bien relevancia de la falta. Para castigar las faltas más habituales y menos importantes (entre ellas podía encontrarse la embriaguez, la pelea, la desobediencia leve o bien el escaso esmero y también interés en las tareas) cabía la posibilidad de envolver las puntas de la cola con hilos. A dicha labor se le llamaba falcacear las puntas. Para los crímenes más serios (el hurtar sería uno de ellos) se incrementaba la dureza propia del instrumento efectuando nudos en la punta de cada uno de las colas. Frecuentemente se hacían tres nudos por cola, separados entre ellos unos 5 centímetros. Mientras que las puntas falcaceadas producían verdugones aproximadamente angostos y eran capaces de cortar la piel, los nudos dejaban grandes moratones, contusionaban la carne y desgarraban la piel. En aquellos tiempos, una sentencia completa acostumbraba a destruír la piel de la espalda, dejándola en carne viva, y dejando en ella cicatrices de por vida.
Como regla general, no mirar cara abajo cuando estés delante de nadir
Hay quien prosigue persuadido de que hay cosas que solamente se pueden hacer a cierta edad, como divertirse, bailar, vestir florido o practicar sexo con pasión, e inclusive hasta enamorarse. Lo pasmoso es que esta forma de pensar no es únicamente de jóvenes, sino que incluso las personas mayores asimismo hacen comentarios sobre lo que ya no es lógico que se haga a su edad. Procuren hallar a una pareja de sexagenarios dándose un apasionado beso en la calle y sabrán de qué les estoy hablando. Es más, ahora que el divorcio forma de nuestros hábitos, y con miles de personas en pos de nueva pareja, debería ser frecuente ver a enamorados de la tercera edad intentando recobrar la pasión amorosa que una vez sintieron; pero prosigue siendo una anécdota. Verdaderamente se enamoran y se aman como cualquiera, aunque buscan lugares ocultos o bien más prudentes, quizá un crucero, un motel en la carretera o un restaurante a las afueras de la ciudad, eludiendo probar públicamente que están ardientes de deseo.